Friday, October 14, 2005

Paréntesis. Punto seguido. Y todo mal

Paréntesis
Llegué al jueves de la semana pasada ocupadísima preparando las cosas para la jornada que iba a ocupar por completo mi fin de semana.
Llegué al sábado con un poco de ganas y ese entusiasmo ligeramente infantil que me rodea cuando tengo las jornadas cerca.
Ahora, lo cierto es que durante el fin de semana el nutrir de mi espíritu iba de mal en peor, porque todo eso que me hacía participar de esto parecía que se iba desmoronando lentamente sin que yo lo quisiera. El ánimo, sin embargo, me acompañó todo el tiempo, pero era ese ánimo de y para otros.
En la tarde del domingo, un poco más despejada pensaba que esta iba a ser la última vez que hacía esto. Ya no me estaba entregando nada nuevo. Simplemente no era lo mismo.
Y el día se me fue con una despedida. Un amigo se va a España, y nos deja acá. Le hicieron entrega de un regalo. Yo triste, pero con la pena sólo en mi pecho. En la espera de un abrazo, de una despedida y la pena aún en mi garganta. Lo miro, y ahí están sus ojos y una sonrisa triste. No aguanto. Lloro. (Maldición) Todas las emociones juntas y la lingüística realmente no me sigue para decirle todo lo que lo quiero. (no quería llorar)

Punto seguido
Domingo en la noche. Llego a mi casa. Como algo. Me acuesto, trato de dormir. Estoy triste porque se va, porque el fin de semana no fue lo que esperaba, porque me sentí sofocada con tanto sentimiento y más vacía que nunca. Me detengo entre la revolución de mis pensamientos a sentir un poco el aire. Alejo a la egocentría de mí y por un instante todo es distinto. He sido una egoísta.

Todo mal
Llega el lunes. Me quede dormida; tengo una prueba y un trabajo para mañana. No he hecho nada. Tengo que estar a las seis en Valpo. No alcanzo a ir a la feria del libro usado.
Estoy distraída.
Es tarde. Me tengo que ir a tomar el bus. No avancé nada en el trabajo.
Llego a Valpo y lo primero que veo es a él con su noviecita. Hace casi un año que no lo veía. ¡Hola! Hola, no te había visto...está igual... (Me desconcentra toda la semana) Necesito otro clavo. Es un hecho.
Llega sólo una compañera para preparar lo de clásica. Filo. Me voy al departamento.
Llega el martes. No terminé el trabajo. Me levanto a las siete. Llego tarde y con todo ese sueño apoderándose de mí, a Homero se le ocurre que tengo que leer para toda la clase. Lo peor son las palabras griegas sueltas que tienen mayúsculas porque no me acuerdo como se pronuncian. Menos mal que son pocas.
Falto a Lengua, subo al depto. a terminar el trabajo. Le trato de hacer una portada con mis técnicas artísticas, porque se evalúa la creatividad, pero no me resulta y queda horrible. Ya es tarde. Llego atrasada a clases y no estudie nada para la prueba. El trabajo está pésimo.
La prueba ya empezó y el trabajo lo van a revisar la próxima semana...
Llega el miércoles. Tengo prueba de comunicación, la imagen. Estudie muy poco. Entrego la prueba hasta con vergüenza de que la lea, porque lo que fluyó ahí no fue conocimiento sino imaginación pura.
En la tarde me voy a comer papas fritas y a tomar un helado con mis compañeras. Poco cansada, pero igual lo paso bien. Me rio harto. Típico.
Llega el jueves. Me quede dormida y no fui a clases en la mañana.
Tengo prueba en la tarde y odio los EDU. Me voy a retirar antes para ir a ver LA SAGRADA FAMILIA con una compañera. Estoy entusiasmada
La prueba es eterna. Se hizo tarde. No pude ir a ver la película.
Llega el viernes. Tengo taller en Lengua; análisis morfológico.
Salgo de clases y veo a mi lingüista favorito subiendo el ascensor. Me mira. Hola!... Hola profe.
(La semana terminó para mí). Y todo bien